Y la muerte danza halla....

La montaña cobijó la sombra de helena, y otra sombra mas crecio bajo la sulla, como la de un gran pino, pero al dar la luna, un poco de su plateado baño, el puñal que helena portaba, centello por todo el bosque, el canto de la lechuza ahogo la noche y el caminar de helena se presipito, la cuspide parecia lejana, y el velo de la noche fantasmal carcomia los detalles, colina abajo un punto incadecente se hacia notar, tal como la titilante luz de la luciernega, pero hecha de fuego, era el viejo Heldmor, que estaba sobre su roca favorita, charlando con su pipa, como lo haria en cualquier noche de sabado. Helena bajo su cabeza y miro al viejo, apreto con fuerza el puñal y este con sus decoraciones en forma de alas de murcielago desgarro la su mano, la expresion de helena era de roca, inmovil inmutable vacia en el neutro de sus colores. El viejo volteo a verla con una fuerte mirada y fumando a la pipa, Helena se detubo, y el bosque tambien, una perdida estrella desgarraba el horizonte, y tras su estela el tiempo comensaba de nuevo, el tic tac dentro de Helena le ordeno mover su pierna, su brazo, mostrar el puñal en alto, y correr desesperadamente hacia aquella arlequina figura, una barrera de risas y carcajadas eran, sus mas grandes obstaculos.

La lechuza canto de nuevo, y Helena erguida con puñal en mano miraba al viejo, que ahora yacia a sus pies, tiñiendo las purpuras flores que creecian sobre la colina, y ahí mientras su aliento se hiba adentro hacia el bosque para ya no regresar dijo -luz eterna arriba y abajo, quedais libre mi amada Helena, mi fea,hermosa Helena- y su boca hiso centellar la pipa por ultima ves.